miércoles, 3 de febrero de 2016

Resolver problemas

El otro día me acordé de la sensación tan agradable de hacer ejercicios cuando les cogías el tranquillo. Era como recorrer un camino ya trillado, liso y sin baches, comprobar (la prueba del nueve) que nada estaba fuera de control. Los binomios con sus fórmulas. Las combinaciones de x elementos tomados de x en x. Eso supongo que es lo que me gusta de los sudokus también.
Pero cuando en segundo de BUP entramos en el mundo de los números complejos, era como estar en una piscina que cubría sin saber nadar: la desagradable sensación de las aguadillas. A una compañera de clase la suspendió el profesor de matemáticas poniéndole un 4,999.
Yo vi una escapatoria en la Gramática Griega. Tan tonto fui.

1 comentario:

  1. A estas alturas lamento también no haber aprendido el sentido de las matemáticas. A mi "incompetencia" se añadía los 4,999. Hoy en día a ese profesor le habrían hecho un consejo de autocrítica feroz... O tempora, o mores!

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