sábado, 18 de octubre de 2014

Ilíada 11

11.1 Inicio dominado por la Aurora (aquí con el «admirable Titono»). En el combate, solo está presente la Disputa 11.73. Los dioses están en sus moradas y Zeus aparte, ufano en su gloria (11.81).

11.91 Aristía limitada de Agamenón – 11.218 invocación específica a las Musas (¿Quizá porque se empieza a cumplir el plan de Zeus concretamente aquí?).

11.221 Ifidamante, recién casado, 11.243 muere y se queda sin esposa (que le costó 100 bueyes).

11.328 Hijos de Mérope: su padre les había profetizado su muerte, pero no le hicieron caso: las Parcas les conducían 11.332.

Paris hiere a Diomedes / Diomedes zahiere a Paris (11.385: «vanidoso por tus rizos»).

11.404 Ulises que se ha quedado solo: duda si huir. 11.408 Son cobardes los que se alejan del combate. Hay que resistir 11.410. Pero es herido y en 11.462 pide ayuda para que le rescaten.

11.452-3 «Ni tus padres te cerrarán los ojos …» (cf. aves de presa: 1.4; cadáveres mucho más queridos para los buitres que para sus esposas 11.162).

11.545 Ayante que resiste como león –que se tiene que retirar / 11.558-62 como un burro que se ha metido entre las mieses y al que golpean los niños.

11.574 Lanzas codiciosas de saciarse de su sangre. Repetición constante de esa técnica de focalizar la maldad en los objetos punzantes.

11.579 «desató sus rodillas». Las rodillas como señal de vigor a lo largo de toda la literatura griega.

11.599 Resulta que Aquiles lo estaba viendo todo desde la popa. Llama a Patroclo y para el narrador ese es el principio de su fin 11.604.

11.614 Importancia de los médicos –Macaón Asclepiada (ya en 11.514-515).

11.639 El vino pramnio que se toma con agua, queso rallado y harina.

11.671 Largo relato de Néstor de sus hazañas con los pilios. Un verso que me conmovió: 11.762 «Así era yo, si este pasado alguna vez ocurrió»: es la primera vez que duda de sus relatos (y me recuerda a un cuento de Flannery O'Connor: Un encuentro tardío con el enemigo).

11.790 Consejo de Néstor a Patroclo de que pelee por Aquiles. Otra vez más Néstor lleva a alguien a la perdición; es un consejo trágico.

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